Quien acostumbra a sembrar la verdad, por asombroso que parezca, no siempre va a recibir confianza.
Cuando hablamos de ser sinceros estamos sin duda ante un arma de doble filo ante la que muchos se sienten incómodos e incluso amenazados, porque en ocasiones, resulta más cómodo vivir en la mentira.
«La verdad, es al fin y al cabo ese espejo, donde no todos desean verse reflejados».
Siempre elegiré saber la verdad más cruel a vivir en la más dulce de las mentiras, pero también sé que no todos están preparados para ello.
Porque la sinceridad y la honestidad duelen, y en ocasiones, decirla en voz alta aleja a la mayoría…
Algo que valdría la pena practicar en el día a día, más que una verdad a medias es aprender a no decir nunca lo contrario de lo que pensamos…..Practiquemoslo.
Pensemos que la verdad siempre debería tener como propósito mejorar nuestra convivencia y favorecer el respeto mutuo. Ello implica un aspecto esencial a tener en cuenta:
«Que la verdad no debe usarse nunca como forma de agredir o de humillar».
Quien se molesta y se enoja cuando les revelas la verdad, son aquellos que prefieren vivir en la mentira.
Y terminando asumir las verdades es parte de tu crecimiento como persona…Te hacemos una pregunta
¿Tu asumes tus verdades?
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Gracias por tu apreciación,recibe un cordial saludo..desde Tenerife.